Agosto | 2021
Por Blackstone Editorial
¿Qué sería de tu vida sin internet? ¿Te has puesto a pensar en lo acostumbrados que estamos a utilizar el internet? Hace unos 20 años habría sido impensable imaginar que todo nuestro entorno estuviese conectado a una red mundial de información, pero en la actualidad cada paso que damos está conectado a internet, desde la dirección que desconocemos, pasando por las compras que hacemos de manera cotidiana, hasta nuestros movimientos bancarios.
Claro, nuestra vida sin internet se volvería sumamente complicada y aunque antes nos las arreglábamos bien sin esta poderosa herramienta, lo cierto es que nadie querría regresar a un mundo sin internet. Lo anterior nos conduce a una pregunta esencial, pero que tal vez no nos habíamos hecho: ¿quién es el dueño de internet? Existen empresas que proveen el servicio, a las cuales se les paga por ello, pero rara vez nos preguntamos si existe un dueño de internet o si le pertenece a alguien.
Para responder esta pregunta, el especialista Eduardo Navarrete afirma que es necesario tener en claro una primera idea que, además, constituye una paradoja: internet no es una cosa, más bien es un acuerdo. Al respecto, Navarrete formula una precisión fundamental: incluso si aceptáramos que internet carece de dueño, tendríamos que reconocer que el conjunto de protocolos derivados de la interconexión de terminales de cómputo sí tiene un dueño. La respuesta, seguramente, sorprenderá a algunos: internet es de los Estados Unidos de Norteamérica.
Ahora bien, el asunto es más complejo de lo que supondría asumir que EUA es dueño de internet. Para ejercer control sobre internet, en 1998, se creó la Corporación de Internet para los Nombres y los Números Asignados (ICANN, por sus siglas en inglés); no obstante, el Departamento de Comercio de este país es el organismo encargado de supervisar, a su vez, a los 20 miembros que integran el Consejo Directivo de ICANN, ¿qué significa esto? Que estas 20 personas administran, en palabras de Eduardo Navarrete, un sistema de 13 gigantescos servidores en todo el mundo, por medio de los cuales se envía una cantidad inimaginable de datos, información y contenido en la red. En otras palabras, el Departamento de Comercio controla los servidores de internet.
De acuerdo con Emilio Murgo, siete de estos trece servidores raíz (o Root Servers) se encuentran en EUA: su función principal consiste en funcionar como grandes almacenes a través de los cuales pasan los principales focos de información del mundo. Hasta ahora, no existen condiciones como para saber cuánta información ha filtrado el gobierno de EUA, como dueño de internet; sin embargo, es posible darnos una idea aproximada si atendemos el número de denuncias contra las transnacionales que han utilizado datos personales sin el consentimiento de las y los usuarios. En consecuencia, el gran desafío consiste en generar mecanismos de seguridad que protejan la gran cantidad de datos personales que producimos día con día, con la finalidad de que no caigan en las manos equivocadas.
Cabe señalar, como bien precisa Murgo, que internet no es una sola red, como solemos clasificarla de manera coloquial; por el contrario, se trata de millones de redes que interactúan entre sí. En este sentido, los orígenes de internet habría que ubicarlos no en el pasado reciente, de hace 20 o 30 años, sino un poco más atrás. En 1974, Vinton Cerf, Robert Kahn y Leonard Kleinrock lograron una hazaña que hoy es de lo más común para nosotros: transmitieron un mensaje a través de dos computadoras que estaban separadas entre sí por cientos de kilómetros. Este acontecimiento, afirma Murgo, constituye el inicio formal de internet.
Al igual que muchas de las grandes iniciativas y logros de la humanidad, internet tuvo inicios humildes y modestos; de igual modo, la plataforma ha cambiado con el tiempo, a tal punto que las diferencias son notables no digamos ya de hace 10 o 15 años, sino de apenas unos dos o cinco años a la fecha. Por ello, Eduardo Navarrete reflexiona sobre una dimensión por demás trascendente a propósito de internet: en efecto, se trata de una plataforma poderosa y con posibilidades inimaginables, pero estas características inherentes de internet no deben desviarnos del sentido de evolución que la humanidad tiene como especie. En virtud de la relación que tenemos con internet, continúa Navarrete, podemos afirmar en lo profundo que cada uno de nosotros es dueño o dueña de internet, de ahí la imperante necesidad de no perder de vista nuestra evolución como especie, ya que ella transformará ineludiblemente internet, pero también viceversa.
Fuentes de Consulta
Murgo, Emilio. (2019, septiembre 5). “Quiénes son los verdaderos dueños de Internet”. Unidiversidad. Recuperado de: <https://www.unidiversidad.com.ar/quienes-son-los-verdaderos-duenos-de-internet41>. Navarrete, Eduardo. (2020, diciembre 7). “¿De quién es internet?”. Forbes. Recuperado de: <https://www.forbes.com.mx/red-forbes-de-quien-es-internet/>.