Actualmente, en México se está discutiendo la posibilidad de reducir la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales.
La propuesta atiende a un cambio al que ya se han adelantado otros países de Latinoamérica y el mundo, sin embargo, desde el sector empresarial existe resistencia ante esta reforma.
Por otro lado, los sindicatos, los trabajadores y algunos expertos están de acuerdo con esta medida.
Además de garantizar un mejor descanso para las y los mexicanos, la reforma también podría incidir en la redistribución de las labores domésticas y de cuidado, labores que históricamente han sido realizadas por las mujeres como una consecuencia de estereotipos de género.
Para Nadine Gasman Zylbermann, presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), disminuir “la jornada laboral a 40 horas a la semana permitiría que la gente tenga tiempo para redistribuir los cuidados dentro sus colectivos, de sus familias, de sus hogares”.
En otras palabras, explica Gasman Zylbermann, este cambio “le daría más tiempo libre a hombres y a mujeres. Pero sobre todo a los hombres, porque ése ha sido el argumento, que trabaja muchísimo tiempo” y por eso evitan hacerse cargo de las labores de cuidado, que pueden hacer perfectamente tanto los hombres como las mujeres.
Desigualdad en labores de cuidado
Existe una evidente desigualdad sustentada en datos que muestran cómo las mujeres se hacen más cargo de las labores de cuidado.
De acuerdo a la primera Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (Enasic), para el 2022, cerca de 31.7 millones de personas mayores de 15 años brindaron cuidados a integrantes de su hogar o incluso de otros hogares: el 75% de ellas fue mujer y 25% hombre.
Con más tiempo de descanso, las familias podrían redistribuir mejor sus labores de cuidado, haciendo que los hombres participen más, pero ello también requiere de la erradicación de los estereotipos de que las mujeres son las que deben encargarse de este trabajo, así como del doméstico.