Por L.F.T. Anaisa González Orozco
El hombro es la parte más móvil de nuestro cuerpo, realizando movimientos en distintas direcciones y planos. Abarca muchas articulaciones, siendo la principal la glenohumeral – cabeza de húmero y cavidad glenoidea –; sin embargo, es la más inestable de ellas.
En esta articulación, encontramos muchos componentes articulares fáciles de irritar, inflamar o lesionar si no se lleva una correcta ergonomía, tanto en reposo como en la realización de distintos movimientos de la vida diaria.
En general, el hombro congelado, también conocido como capsulitis adhesiva, es una condición caracterizada por una restricción funcional de los movimientos del hombro, en donde las radiografías de la articulación glenohumeral serán prácticamente normales, por lo que su diagnóstico es clínico. Esta condición afecta más a mujeres que a hombres, de entre los cuarenta y sesenta años de edad.
Su principal síntoma es la aparición de rigidez, lo cual limita a las personas realizar sus actividades diarias básicas como peinarse, tomar objetos de repisas altas y cargar objetos pesados, entre otras. Además, se presenta dolor en la zona del hombro de intensidad alta, aumentado por la noche, lo que limita el correcto descanso. La debilidad muscular irá aumentando progresivamente, sea como parte de la lesión y/o sea por la misma inmovilidad que se le genera al hombro por la presencia de dolor.
No existen causas seguras que condicionen a la aparición de esta enfermedad, no existe relación clara con el predominio del brazo o con la ocupación de la persona; sin embargo, hay factores que aumentan el riesgo de padecerlo, como el sufrir de diabetes, hipotiroidismo, hipotiroidismo, Parkinson o enfermedades cardiacas, o tras una inmovilización del brazo en un periodo largo de tiempo.
Es muy común que, durante los meses posteriores a presentar esta condición en un hombro, inicien los síntomas en el brazo contrario, por lo que no se debe dejar pasar más tiempo y acudir a una consulta de fisioterapia precoz.
Aproximadamente el noventa por ciento de las personas que padecen esta enfermedad se recupera con tratamiento no operatorio, por lo que es importante conocer sus síntomas para atacar el problema desde el origen, ya que, de esta manera, su recuperación podría ser mucho más rápida y beneficiosa.
“El ‘hombro congelado’ es una condición caracterizada por una restricción funcional de los movimientos del hombro; las radiografías de la articulación glenohumeral serán prácticamente normales.”
Anaisa González Orozco