Actualmente la detección prenatal del síndrome de Down se ha vuelto más precisa y accesible, la realidad de los nacimientos de niños con esta alteración cromosómica presenta una paradoja inquietante. A pesar de que, según la lógica de las cifras, debería haber una proporción mayor de niños con síndrome de Down hoy en día, la verdad es que cada vez son menos los que llegan a nacer.
Un estudio reciente ha revelado que, a principios de la década de 1980, las mujeres en Europa tenían una probabilidad de aproximadamente 1 entre 800 de tener un bebé con síndrome de Down. Sin embargo, esa cifra ha cambiado a 1 en 460 en las últimas décadas, un aumento atribuible a la tendencia de las madres a tener hijos a edades más avanzadas, un factor que incrementa la probabilidad de que el feto presente esta condición.
El avance de la tecnología médica ha facilitado la detección de anomalías cromosómicas durante el embarazo. Junto a la legalización del aborto en la mayoría de los países europeos, esto ha llevado a un aumento significativo en la interrupción de embarazos cuando se diagnostica trisomía 21, la forma médica del síndrome de Down. Según una portavoz de Down Syndrome International, no se llevan registros precisos de los abortos realizados por esta razón, lo que complica la obtención de cifras exactas.
No obstante, un estudio de 2020, actualizado en 2022, ha permitido estimar que el 54 % de los embarazos en los que se detecta el síndrome son interrumpidos en Europa. Esta cifra, que varía notablemente entre países, revela que en algunas naciones, hasta 8 de cada 10 embarazos con diagnóstico de Down terminan en aborto.
Comparando estas cifras con las de los años 80, la disminución en el número de nacimientos de niños con síndrome de Down es drástica. En esa época, el 90 % de las embarazadas que sabían que sus hijos tendrían esta condición decidieron continuar con el embarazo. Hoy en día, esa cifra se ha reducido a la mitad, lo que implica que en los últimos años ha habido un 50 % menos de nacimientos de bebés con síndrome de Down de lo que podría haber ocurrido.
España se destaca como el país con la mayor tasa de abortos en casos de síndrome de Down, alcanzando un alarmante 83 % entre 2011 y 2015. Islandia, que ha sido objeto de críticas por su baja tasa de nacimientos de niños con esta alteración, reportó una cifra del 69 %. El estudio también indica que la proporción de abortos selectivos es mayor en el sur de Europa (72 %) en comparación con los países nórdicos (51 %) y del este de Europa (38 %).
La situación en otras regiones, incluyendo América Latina, es menos clara, ya que no se cuentan con datos oficiales suficientes para realizar un análisis exhaustivo.
Esta paradoja no solo enfrenta a grupos a favor y en contra del aborto, sino que también abre un debate sobre la libertad de elección de las mujeres, la inclusión y la diversidad. A medida que Europa navega por estas complejas aguas éticas, el futuro de los derechos y la aceptación de las personas con síndrome de Down se vuelve cada vez más crucial.