Por Joaquín Cruz Lamas
El ser humano no ha cambiado demasiado en los últimos dos mil años. Tal es la opinión del historiador británico Kenneth Clark, quien afirmaba que los seres humanos son historia y la Historia somos nosotros. ¡Cómo no iba a ser de este modo! La Historia no es solamente el recuento de los hechos e ideas que se sucedieron en el pasado. No es una larga serie de datos organizados de manera cronológica. La Historia es mucho más que el tiempo que hemos vivido y su estudio e importancia no se limitan al ámbito académico.
Es verdad: la Historia, antes que nada, es una narración, y es en ello que radica su papel en la vida humana. Nuestro acontecer y nuestra identidad se entienden en clave narrativa. Aquello que más nos apasiona y más nos importa, lo convertimos en narración. No tiene el mismo impacto un artículo académico que una gran película o una novela que se convierte en best seller. La forma en que las ideas se impregnan de mejor manera en nuestras vidas es a través de las historias que contamos. Contar historias fue probablemente, junto con la música, la primera forma de arte desarrollada por el ser humano. La pintura vino después y, cuando apareció, lo hizo para satisfacer la necesidad de ilustrar nuestras narrativas.
El modo en que pensamos sobre nuestras familias también es narrativo. Sabemos quiénes somos y de dónde venimos gracias a los relatos que nos llegan de nuestros antepasados. Conocemos la historia de nuestra parentela gracias a nuestros abuelos y ellos, a su vez, la heredaron de las generaciones previas. En ese relato familiar, cada cual ocupa su lugar propio; es así que, de un acontecer colectivo, se parte para entender el trasfondo de un individuo. La identidad personal se configura a partir de dicho punto de partida.
Pues bueno, aquello que entendemos como Historia – con mayúscula – es la narrativa que por antonomasia configura lo que somos como comunidad. No sólo importa qué es lo que contamos; es decir, los acontecimientos en sí mismos, sino también cómo lo contamos. Estudiar la Historia es estudiar al ser humano y a uno mismo. Es saber dónde se está parado al existir en este mundo, en esta sociedad, en este tiempo y en estas circunstancias. Es la única forma de poseer conciencia del presente y de construir el futuro.
“La forma en que las ideas se impregnan de mejor manera en nuestras vidas es a través de las historias que contamos.”
Joaquín Cruz Lamas