De pronto, los robots domésticos (aspiradoras inteligentes, trapeadores, limpiavidrios o incluso las Alexas) entraron a los hogares de millones de personas y se espera que lo sigan haciendo para ya nunca salir.
Al menos esa es la expectativa de las empresas que desarrollan este tipo de dispositivos, que actualmente tiene un mercado valorado en casi 8 mil millones de dólares y que podría crecer hasta los 19 mil millones en los próximos cinco años, de acuerdo a la consultora Mordor Intelligence.
Pero, contra las positivas expectativas, dicha firma advirtió que “los costos más altos de adquisición y mantenimiento de estos robots se encuentran entre los factores importantes que desafían el crecimiento del mercado”.
Las aspiradoras inteligentes son ahora quizá uno de los robots domésticos más conocidos. Sin embargo, también existe un riesgo latente que tiene que ver con la información que recaban esas aspiradoras.
¿Recolectan datos personales?
La compañía de seguridad informática ESET dio a conocer que “para evitar los obstáculos, -las aspiradoras inteligentes- están equipadas con sensores, GPS o incluso cámaras, así como cada vez son más efectivas en aspirar el polvo, también lo son en algo más: recolectar datos personales”.
“Casos como las imágenes filtradas de una mujer sentada en el inodoro plantean preguntas sobre cuánto saben este tipo de dispositivos sobre sus usuarios y, lo que es más importante, qué está enviando a otra persona el electrodoméstico de uso cada vez más común”, advirtió ESET.
Como ejemplo del riesgo que pudieran representar este tipo de aparatos, ESET hizo referencia a un hecho que sucedió a principios del 2021: “MIT Technology Review adquirió fotos personales de hogares y fotos íntimas capturadas desde ángulos bajos que, según la publicación, fueron tomadas por una versión de desarrollo de la serie Roomba J7 de iRobot, uno de los proveedores de aspiradoras robot más destacados del mundo”.
Incluso, en ese entonces la compañía iRobot confirmó que estas imágenes fueron capturadas por su Roombas en 2020 como parte de un proceso de investigación y desarrollo para su producto que implicó grabar a trabajadores que tenían conocimiento de ello.
Finalmente, el plan era que las imágenes se enviaran a Scale AI para alimentar a la Inteligencia Artificial (IA) que, después, ayudaría al iRobot a reconocer más objetos y obstáculos para trabajar mejor.
Desafortunadamente, en este caso, varios trabajadores de Scale AI no respetaron sus acuerdos de privacidad y compartieron las fotos tomadas por las aspiradoras en grupos privados en las redes sociales.
En este sentido se ha tenido mucho debate en torno a este tipo de aparatos, pero también en torno a la IA, ya que finalmente se tiene que hacer una regulación para garantizar que la información de los usuarios no está en riesgo.
Con información de Forbes