Octubre | 2020
Por Óscar A. González Viscencio
La victoria del partido Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS), en Bolivia, ha provocado una sacudida descomunal en el precio de las acciones de Tesla en el Índice de NASDAQ, las cuales cayeron más de 12 puntos, entre el cierre del 19 de octubre (a las 14:45 hrs,) y un poco después de la apertura del 20 (a las 8:50 hrs.). Esta caída significa una contracción de cerca del 2.8%, un hecho que parecía totalmente improbable, sobre todo si consideramos que en los últimos 6 meses la empresa de Elon Musk había logrado triplicar su valor. La pregunta es: ¿a qué se debe tal caída y cómo buscan solucionarlo?
Resulta que Bolivia forma parte, junto con Chile y Argentina, del llamado Triángulo del Litio, un espacio que posee las reservas de litio más grandes en el mundo. Este mineral es un recurso clave para concretar los planes comerciales de Tesla, pues sus cada vez más potentes acumuladores de energía dependen concretamente del litio. Para comprender este fenómeno es necesario remontarnos a la sucesión presidencial en Bolivia, cuyos comicios favorecieron el pasado 12 de noviembre de 2019 al ahora expresidente Evo Morales, quien gobernaría el país durante un cuarto mandato; sin embargo, Evo se vio obligado a salir de Bolivia luego de una suerte de golpe de estado que terminó por destituirlo, situación que lo llevó a refugiarse brevemente en México y, por último, en Argentina. De manera interina, se designó a Jeanine Áñez como presidenta y posteriormente convocar a un nuevo proceso electoral. Ante este nuevo escenario, se especulaba la victoria de un gobierno que favoreciera las actividades comerciales de explotación del litio boliviano, un hecho que hasta ahora había protegido el régimen de Evo Morales. En caso de que hubiese tenido lugar esta alternancia, Tesla Inc. habría respondido con una gran inversión en Bolivia, con el objetivo de extraer el litio que necesita para su consolidación a futuro.
La virtual victoria por abrumante mayoría del MAS, en la figura del economista Luis Arce, ha provocado –más que un bache– un socavón para el galopante crecimiento de Tesla en 2020, no únicamente porque –aunque sea de forma temporal– han perdido un eje clave en la obtención de recursos a futuro, sino porque por primera vez en el año parece que Elon Musk deberá replantear y posicionar sus esfuerzos de manera pública. Aquí es donde debemos entrar a un análisis mayor: si hasta este momento Tesla no obtenía un solo gramo de litio de Bolivia, ¿por qué afecta tanto su valor en la bolsa un movimiento que no impide el desarrollo de su modelo de negocio actual?
Es importante tener en claro que el mercado de valores trabaja bajo principios de certidumbre respecto de la actuación y de las posibilidades de las empresas en entornos hipotéticos. La especulación es la herramienta base mediante la cual se apuesta por las acciones y, aunque existan métodos para la estimación de riesgos, como el Value at Risk (VaR) u otros, la realidad es que no hay una forma 100% precisa de conocer la posición futura de una empresa, con una confiabilidad total. Por ello, la vida pública y la figura de Musk han sido claves para el posicionamiento de Tesla –al igual que en su momento lo fueron la de Steve Jobs, para Apple, o la de Bill Gates, para Microsoft–, sus declaraciones son percibidas como un reflejo de la solidez y claridad que la compañía tiene frente al cambio tecnológico y, por ello, han sumado adeptos cuya línea de pensamiento concuerda con la del magnate.
En este sentido, las opiniones públicas de Elon respecto de la situación electoral y las políticas de explotación de recursos naturales de Bolivia han terminado por considerarse como un fracaso para Tesla: una declaración de intenciones que, mediante el refrendo de la victoria del MAS, fue rechazada por el electorado del país sudamericano, incluso tras el golpe de estado y la obligada huida de Evo Morales, que –como señalé antes– fue la figura que representó al mismo partido político en las elecciones del 2019 y que además fueron descartadas por la Organización de los Estados Americanos (OEA), bajo un supuesto fraude electoral. Es importante recordar que antes de que estos hechos tuvieran lugar, se firmó el Decreto Supremo 3738, en el que acordaba el acceso a la explotación del litio, por un lado, a la empresa alemana ACI Systems y, por otro, a la fundación de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), dos figuras empresariales que dejaban fuera cualquier intento estadounidense para explotar las reservas de litio boliviano. Este suceso –se especula– condujo a que los Estados Unidos de Norteamérica promovieran el golpe de estado en contra de Evo Morales, a causa de los muchos intereses que el vecino del norte tenía en Bolivia, entre ellos, el de Tesla.
Como respuesta al resultado adverso en la elección presidencial en Bolivia, Tesla ha generado una cascada de noticias respecto de sus planes para los Model Y, S y 3: incrementos de autonomía, bajas en los precios, nuevas versiones para más países y más han sido la forma de demostrar que no existe retroceso y, claro, no volver a tocar de forma pública el tema. Porque, a final de cuentas, como lo dijera Dave Chapelle, en The age of spin: “If you know the game, you’re not supossed to tell […] you don’t have ideas”. Gracias a una serie de declaraciones rápidas que recuperan noticias pasadas y que resaltan logros que en otros tiempos serían comunes para Tesla, Elon Musk logró estabilizar el precio de las acciones de la empresa, para que repuntaran un total de casi 9.5 puntos, al 21 de octubre a las 11:15 hrs., desde su punto más bajo esta semana, es decir, el 20 de octubre a las 14:00 hrs., de ahí la importancia de la certeza y la comunicación en el mundo de la bolsa.