Lanzado en 1946, Tupperware Brands se volvió una empresa de alcance mundial mediante la modalidad de venta a domicilio. Pero lastimosamente para ellos, la cotización de las acciones del célebre fabricante estadounidense de recipientes de plástico para comida fue suspendida en Wall Street, luego de que la agencia Bloomberg informara de una posible quiebra de la firma. La decisión llegaría al cabo de varios años de dificultades y de esfuerzos por reactivar el negocio en medio de una demanda decreciente.
A pesar de su posición histórica en la cultura global, esta marca reportó una continua disminución en sus ventas y recientemente advirtió a los reguladores financieros sobre su dificultad para presentar su informe anual a tiempo, citando una “condición financiera desafiante”.
El modelo de negocio de la compañía de envases, basado en ventas directas a través de encuentros sociales, fue perdiendo eficacia en Estados Unidos, donde ahora representa sólo una cuarta parte de su volumen total, en contraste significativo con su éxito en mercados asiáticos como Indonesia.
Las acciones perdieron 57.51 % en una sola jornada, para ampliar la pérdida de valor a un 98,8% desde su máximo histórico del 17 de enero de 2014. Tras darse a conocerse esta información según la cual el grupo de Orlando, Florida, podría declararse en quiebra esta semana. El New York Stock Exchange, la bolsa en la que cotizan los títulos del fabricante, rechazó formular comentarios sobre las razones para suspender la cotización.
A mediados del presente mes, el grupo explicó que seguía «enfrentando problemas de liquidez importantes» y tenía «dudas sobre su capacidad de continuar con su actividad». Tupperware lidia desde hace años con varios cientos de millones de dólares de deuda y ya reestructuró una vez su pasivo, en 2020. Desde 2022, el grupo no publica sus cuentas. En ese año, su facturación cayó a 1,300 millones de dólares, 42 % menos que cinco años antes.