La semana pasada en el Senado de la República se aprobó una tardía, pero muy esperada, reforma laboral: la ampliación del periodo vacacional para las y los trabajadores mexicanos.
Y aunque esta reforma ya era una demanda urgente que beneficiará a la clase trabajadora, en realidad, no todas y todos podrán disfrutar de estos nuevos beneficios el próximo año.
El cambio principal de la llamada reforma de “Vacaciones dignas” es duplicar los días de vacaciones tras un año de trabajo; actualmente, por ley, los patrones sólo están obligados a otorgar seis días, no obstante, con esta reforma legislativa a partir del 2023 serán 12.
La reforma es, también, progresiva, por lo que todos los años se irán agregando otros dos días; es decir, el segundo año serán 14, el tercero 16, y así sucesivamente.
La informalidad laboral, un reto
Si bien este ya era un cambio necesario, considerando que en países como Francia o Brasil se otorgan 30 días de vacaciones al primer año de trabajo, existe un gran porcentaje de empleados que no podrán gozar de este cambio: se trata de los trabajadores informales.
Aquellas personas que pertenecen a la “economía informal”, en otras palabras, aquellas que sí tienen un trabajo remunerado, pero que no tienen prestaciones como seguridad social y que no están reconocidas legalmente como tal.
Todas ellas, al no estar reconocidas por la ley, no podrán disfrutar de este cambio, por lo que sus periodos vacacionales –que es una prestación de ley– quedarán a la voluntad de sus patrones.
De acuerdo a la asociación México, ¿cómo vamos?, al tercer trimestre del 2022 el 51.2% de las personas ocupadas –trabajadoras– tienen un empleo informal. Esto quiere decir que poco más de la mitad de la población empleada no tiene acceso a derechos laborales, por estar en condición.
¿Por qué importa la informalidad?
La informalidad laboral no es un tema menor, de hecho, la misma organización aclara que esta es importante porque “además de carecer de seguridad social, como el acceso a los servicios de salud tan necesarios en una pandemia, está asociado también a una menor percepción de ingresos”.
En otras palabras, la informalidad laboral es una vía que puede derivar en que las personas lleguen a una situación de pobreza laboral.