La historia del VIH se remonta al año de 1981, cuando los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos de América detectaron una rara neumonía en cinco jóvenes de Los Ángeles, cuyo cuadro sintomatológico se asocia a un mal funcionamiento del sistema inmune. Poco después, estos hechos se convertirían en el nacimiento de la epidemia del Virus de Inmunodeficiencia Humana, un evento que además estaría signado por el miedo, el estigma y la incertidumbre, pero también por el anhelo de combatir este virus, que conduciría a la comunidad internacional a descubrir nuevos métodos y mecanismos para vencerlo. En México, el primer caso de SIDA se registró en 1983 en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”.
A casi 40 años de aquellos acontecimientos, la posibilidad de contar con una vacuna contra el SIDA cada vez está más cerca de ser una realidad. Al respecto, el pasado jueves 27 de enero, el laboratorio Moderna y la Iniciativa Internacional para la Vacuna contra el SIDA dieron a conocer que su vacuna contra el SIDA con tecnología de ARN mensajero inició la fase de ensayos en humanos. Este ensayo está contemplado realizarse en EUA en 56 adultos.
Paradójicamente, el desarrollo de vacunas contra la COVID-19 con tecnología de ARN mensajero, como es el propio caso del biológico desarrollado por Moderna, ayudó a impulsar el desarrollo de otras vacunas, como la vacuna contra el SIDA que en pronto se probará en humanos.
El ensayo que llevará a cabo Moderna tiene como finalidad detectar el impacto de la estimulación de los anticuerpos (bnAb), que tienen la capacidad de actuar contra las numerosas variantes circulantes del VIH, el virus que causa el sida. Así, la vacuna pretende educar a las células B de nuestro sistema inmunitario, para que produzcan estos anticuerpos.
Para ello, el ensayo probará la inyección de un inmunógeno inicial, es decir, una sustancia capaz de provocar una respuesta inmunitaria, y un inmunógeno de refuerzo inyectado posteriormente. Como se mencionó antes, se entregarán a través de la tecnología de ARN mensajero.
David Diemert, jefe del ensayo clínico de la Universidad George Washington, afirmó que serán necesarios otros inmunógenos para guiar al sistema inmunitario por el camino correcto; sin embargo, la combinación de un refuerzo y un potenciador podría ser el primer componente clave de un posible régimen de vacunas contra el VIH.
Los inmunógenos utilizados fueron desarrollados por la organización de investigación científica Iniciativa Internacional para la Vacuna contra el Sida (IAVI) y el Instituto de Investigación Scripps, con el apoyo de la Fundación Bill y Melinda Gates, el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas (NIAD) de Estados Unidos, y Moderna.
El año pasado, un primer ensayo, en el que no se utilizó el ARN mensajero, sino que probó el primer inmunógeno, demostró que se obtuvo la respuesta inmunitaria deseada en varias docenas de participantes. El siguiente paso fue colaborar con Moderna.
Cabe destacar que las vacunas de ARN mensajero se pueden producir a una velocidad mucho más rápida, además ofrece condiciones más apropiadas, con un enfoque más flexible y receptivo a la hora de probar y diseñar una vacuna.