Por Rodrigo Díaz de León Martí
El calentamiento global nos tenía preocupados a algunos por pasar un invierno sin frío, y es que, aunque algunos no estén de acuerdo, esta estación es la mejor del año: se viven momentos especiales en compañía de amigos y familia, se desfila por las calles en prendas de temporada y se puede estar en casa, disfrutando de una bebida caliente. En México, solemos chiquearnos con un champurrado, un atole o un ponche calentitos. Sin embargo, en países donde el frío es menos benevolente, se entra en calor con una bebida menos pundonorosa: el vino caliente.
Llamado Glühwein, en Alemania, o Glögg, en Suecia, las recetas del vino caliente varían tanto como su nombre, siéndoles añadidos ingredientes distintos, según la región en que se produzca. El común denominador, sin embargo, son el vino y ciertas especias. A continuación se presenta una receta ganadora que conquistará los corazones de sus invitados para las fiestas invernales:
Ingredientes
- 750 ml de vino tinto
- 375 ml de vermut dulce
- 22’5 gramos de piel de naranja
- 7’5 gramos de piel de limón
- 1 gramo de clavo de olor
- 1 gramo de cardamomo verde
- 7 gramos de canela en rama
- 3 gramos de nuez moscada
- 5 gramos de anís estrellado
- 5 gramos de vainilla – abrir vaina
- 50 gramos de azúcar moreno
Procedimiento
Depositar todos los ingredientes en una olla, mezclar bien y macerar a fugo lento por al menos una hora. Servir sin sólidos.
Esta bebida espirituosa, justamente, animará el espíritu de cuanta persona la ingiera y le abrigará cálidamente de los acechos del frío de la temporada, al mismo tiempo que convierte la velada en un evento interesante donde experimentar la gastronomía de culturas diferentes de la propia. ¡Enriquezcamos con la variedad!