Octubre | 2021
Por José Jorge Hernández López
A lo largo de nuestra vida vamos a lidiar con una infinidad de problemas, algunos más graves que otros, pero nunca escaparemos de enfrentar las dificultades asociadas a las problemas cotidianos y no tan cotidianos. Contrario a lo que pudiéramos pensar, las diversas facetas del rechazo serán uno de los problemas más serios que nos toque enfrentar, pues si bien cuando pensamos en el rechazo, lo vemos en función de las relaciones pasionales o de pareja, lo cierto es que también existe el rechazo social, el laboral, entre otros; sin embargo, no debemos ver el rechazo como un fracaso rotundo, pues solo quiere decir una cosa: “por ahora, no”.
Somos seres que nos desarrollamos en sociedad. Por ello, tenemos necesidad de pertenecer a un grupo o a un círculo amistosa, de ahí que cuando no lo logramos surge el sentimiento de rechazo y, con él, de tristeza, angustia y preocupación. Aquí es fundamental que seamos conscientes de que un rechazo no es el fin del mundo, porque jamás llegaremos a pertenecer a todos los grupos, así que no nos lo tomemos personal y dejemos de darle mil vueltas a preguntas como: “¿Por qué? ¿Qué hice mal? ¿Cuál fue el motivo?” No analices de más las situaciones y mejor dale vuelta a la página.
Recuerda que eres una persona valiosa y, más importante, al igual que todas y todos eres alguien propenso a vivir tanto situaciones de éxito como de fracaso. Como mencioné antes, el rechazo solo significa que por ahora las condiciones no están dadas para que algo suceda. Además, el rechazo no dice nada de tu valor como persona; sin embargo, si el sentimiento de rechazo te hace sentir muy mal, es conveniente que hagas una lista de tus logros, así como de aquellos aspectos de los cuales te sientes orgulloso. Este ejercicio de reflexión te permitirá identificar aquellos aspectos en los que eres bueno y, poco a poco, te devolverá la confianza. Por supuesto, no es fácil, pero vale mucho la pena que pongas en práctica este ejercicio de introspección
En la medida en que aprendas a concebir desde otra perspectiva el rechazo y el fracaso, adquirirás también más y mejores herramientas para convertir estos episodios en motores que te lleven al crecimiento y desarrollo personal. Como dice el proverbio: quien no ha fracasado en algo es porque no lo ha intentado. Entonces, una vez que te encuentres en el rechazo o en lo que pudieras considerar como un fracaso, analiza la situación y aprende de la experiencia.
Si en algún momento te llegas a sentir solo, trata de hablar con alguien de confianza y comparte todo lo que sientes, pues la mejor manera de dar tu punto de vista es hablando de tus experiencias. No decaigas y tampoco te veas como una persona no apta para un determinado trabajo.
En caso de que sientas que la situación te rebasa por completo y constantemente caes en pensamientos negativos, la recomendación siempre será que acudas con un profesional de la salud mental y emocional que pueda ayudarte a encauzar de manera adecuada tus emociones, sensaciones y pensamientos. No tengas miedo de pedir ayuda, pero a través de un profesional tendrás un espacio para liberar esas emociones que te impiden avanzar y, eventualmente, puedas desarrollarte como una persona plena.
Recuerda estas reglas para lidiar con el rechazo:
- No te eches la culpa por la situación de rechazo que viviste.
- Evita sobre analizar la situación de rechazo y tampoco caigas en las preguntas infinitas.
- Sé amable contigo y no te conviertas en tu peor juez.
- Enfócate en hacer cosas que te hagan feliz.
- Y, aunque está de moda, pero aprende a soltar esa situación que viviste.
Cuando menos acuerdes, la situación de rechazo habrá pasado y tendrás lo necesario para seguir adelante, con mejores herramientas intelectuales y emocionales. No tengas miedo, enfrenta el rechazo y ve hacia adelante.