Adrián López y Marte Cásares desarrollaron el cuero de nopal. Transforman el emblemático nopal mexicano en cuero vegano, combatiendo la deforestación y el maltrato animal desde 2019 con su marca Desserto.
Este innovador material, usado en bolsos, prendas e incluso tapicería automotriz, nació tras dos años de investigación en Japón, donde ambos jóvenes —entonces menores de 30 años— identificaron el devastador impacto ambiental de las industrias textil y automotriz.
Adrián se enfocó más en el ámbito automotriz mientras que Cásares fue por el lado de la moda. Ambos buscaban una alternativa a los cueros tradicionales, responsables de grandes emisiones de CO₂ y deforestación por la ganadería intensiva.
“Hay que deforestar para dar espacio al ganado, que emite muchísimo CO₂”, explica Adrián. El nopal, símbolo nacional mexicano, surgió como solución: captura 9.000 toneladas de carbono anuales en sus cultivos, requiere solo un 20 % del agua necesaria para el maíz o el trigo, y se cosecha dos veces al año en tierras áridas.
La producción involucra a agricultores como Don Francisco en Zacatecas, cuyo cultivo orgánico de nopal lleva 15 años certificado. La colaboración, sin embargo, enfrentó retos culturales: “Nosotros pedíamos alarmas sísmicas y de seguridad, pero en el campo no tiembla”, relata Adrián.
El proceso aprovecha condiciones naturales: las pencas se trituran con tecnología local, se deshidratan al sol en cuatro días y se pulverizan. El polvo resultante viaja a fábricas en Guadalajara e Italia para convertirse en cuero, con planes de abrir una planta en Asia para reducir la huella logística.
Aunque el material evita tintes (usa pigmentos orgánicos) y se produce sin daño animal, Desserto enfrenta escepticismo. “Existe la visión errónea de que lo vegetal es automáticamente sostenible”, advierte López, citando el algodón como contraejemplo.
La diseñadora Cristina Alfaro, colaboradora de la marca en Casa Mandarine (Ciudad de México), destaca sus ventajas: “Físicamente parece mucho a la piel”, aunque admite dificultades técnicas: “No puede rebajarse como otras pieles”.
Sus productos, bajo la marca OCA, atraen especialmente a turistas dispuestos a pagar más por artículos sustentables.
Los próximos pasos incluyen optimizar procesos: investigan usar residuos del nopal en biodigestores para generar energía en sus fábricas. Adrián enfatiza que la sostenibilidad «no solo debe sonar bonita, sino ser realidad».
Con precios superiores al cuero sintético pero inferiores al animal, apuestan por escalar producción sin encarecer costos: “Adaptamos nuestra receta patentada a procesos existentes para ser accesibles”.
El cuero de nopal demuestra que la innovación puede unir lujo, tradición y respeto planetario. Su éxito redefine el futuro de la moda, convirtiendo un ícono mexicano en esperanza global.