N21 | Octubre | 2021
Por Blackstone Editorial
Cuando las personas escuchan fecundación in vitro o inseminación artificial, inmediatamente piensan que estamos recurriendo a procedimientos de manipulación genética, pero no es así. El laboratorio in vitro es un espacio donde desarrollamos embriones: la pareja acude con sus respectivos óvulos y espermatozoides para que nosotros propiciemos el encuentro de ambas células; para ello, creamos un ambiente similar al que ocurriría en circunstancias naturales; una vez que el embrión se desarrolla, lo implantamos en el útero de la madre para que tenga lugar el embarazo, de ahí que el resultado dependa directamente de la calidad de estas células. Lo que buscamos es que biológicamente se dé un fenómeno que no ocurre por diferentes causas: problemas físicos, fisiológicos, porque ha pasado el tiempo óptimo de embarazo, etc.
Es importante señalar que los procedimientos de reproducción asistida requieren tiempo, no ocurren de un momento a otro, pero sí aseguran que el embarazo tendrá lugar y que sucederá en condiciones totalmente seguras para la madre y para el bebé. Por eso, para mí es esencial promover la confianza y la paciencia en las parejas que buscan realizar el sueño de tener un bebé.
¿Cómo saber cuándo acudir a una clínica de reproducción asistida?
El síntoma más importante es que si al cabo de un año de vida sexual regular no se logra un embarazo, entonces la pareja se vuelve candidata a una valoración integral para identificar las causas que lo están impidiendo. En seguida, abrimos un historial clínico para conocer aspectos particulares de la mujer y del hombre. Por último, aplicamos dos pruebas indispensables: el estudio de semen y el ultrasonido pélvico para saber si las estructuras y las células están en orden.
En caso de detectar alguna alteración, establecemos un tratamiento para corregirla y propiciar el embarazo. Posteriormente, analizamos las diferentes alternativas que tiene la pareja: desde las opciones quirúrgicas, tratamientos médicos hasta procedimientos de reproducción asistida, como la inseminación artificial, coito programado, fertilización in vitro, bancos de óvulos o de semen, diagnósticos genéticos, etc.
Causas de la infertilidad
Si dividimos las causas, un 40% de ellas estará en el hombre; otro 40%, en la mujer, y el 20% serán problemáticas mixtas. Los hombres, por ejemplo, se enfrentan a factores relacionados con la cantidad, movilidad y calidad del semen; las mujeres suelen padecer problemas de ovulación, así como en sus trompas, en la estructura e integridad del útero o matriz, entre otros; sin embargo, el tiempo es el factor que más se asocia a los problemas de infertilidad.
Las nuevas dinámicas socioeconómicas han propiciado que las parejas se embaracen a una edad mayor. Lo anterior tiene un impacto más fuerte en la mujer, porque ella nace con una cantidad ya predeterminada de óvulos, los cuales se van a desgastar y agotar con el paso del tiempo, de ahí las dificultades de embarazo a una edad mayor. A ello habría que sumar cuadros derivados de los hábitos alimenticios, sedentarismo, sobrepeso, diabetes, hipertensión.
La mejor edad para tener un embarazo es entre los 20 y 30 años, en el caso de la mujer, pues a esa edad ella cuenta con una cantidad y calidad óptima de óvulos. A partir de los 30 a los 35 años, la cantidad de óvulos buenos y malos o anormales se encuentra en un 50% y 50%, mientras que ya de los 35 a los 40 años el porcentaje declina rápidamente.
Por el contrario, los hombres producen diariamente nuevos espermas, lo que favorece que haya un menor deterioro de la muestra; no obstante, en la calidad del semen inciden factores como la calidad de vida, las condiciones de trabajo, sobrepeso, etc. En términos generales, el hombre declina su posibilidad reproductiva a partir de los 45 años.
Beneficios de las técnicas de reproducción asistida
Hay mujeres de entre 20 y 30 años que vienen a Endofertyl en búsqueda de tratamientos especiales para preservar sus óvulos. Nosotros nos encargamos de extraer las células óptimas y resguardarlas en refrigerados especiales, pues la mujer no tiene contemplado embarazarse a esa edad, pero quizá a los 40 sí venga ese deseo reproductivo. Los procedimientos y la tecnología actuales ya nos permiten detener el tiempo sobre esos óvulos, de tal forma que al utilizarlos conservan la capacidad que tenían en la mejor edad reproductiva de la mujer en turno.
En ese sentido también ayudamos a personas con cáncer, pues las radioterapias y las quimioterapias son procedimientos que eliminan muchas células del cuerpo. Antes de someterse a estas intervenciones, las parejas acuden con nosotros para que preservemos su semen u óvulos. De este modo, conservamos las células para utilizarlas una vez que concluya el tratamiento contra el cáncer y lograr que la pareja tenga un bebé.
Por otro lado, hay personas genéticamente propensas a padecer enfermedades crónico-degenerativas que pueden heredarlas a los hijos. Por supuesto, no todos los embriones que producen dichas personas presentan alguna anormalidad, entonces mediante pruebas genéticas, detectamos cuáles se encuentran sanos y cuáles tienen algún cuadro que desencadenará alguna enfermedad; de este modo, seleccionamos el mejor embrión y descartamos los que presentan alguna anormalidad. Así, erradicamos algunas enfermedades que papá o mamá heredaría a los hijos, como la hemofilia, Síndrome de Down, Síndrome de Klinefelter, entre otras.
Incluso existen procedimientos compartidos para ayudar a que las personas solteras y las parejas de la diversidad (dos hombres o dos mujeres) se conviertan en papás, es el caso del Método con Recepción de Ovocitos de la Pareja (ROPA FIV). Como podemos ver, los beneficios y el abanico de posibilidades en reproducción asistida son muy amplios.
Ayudar a traer vida al mundo
La parte más humana y que mayor felicidad me genera como médico es ayudar a que las personas puedan dar vida, pues tener hijos es uno de los más grandes sueños que las personas podemos realizar. No hay palabras para describir lo que significa tomar un embrión con tu propia mano y trasladarlo al vientre de la mamá, con el mayor de los cuidados, con la ilusión, con el amor, con la esperanza de que esa pareja tenga un embarazo.
En Endofertyl vivimos cada tratamiento con alegría y pasión; gracias a ello, hemos logrado cerca de mil bebés a través de diferentes procedimientos de reproducción asistida. Acompañamos a los futuros papá y mamá en todo momento; cuando finalmente logras el embarazo y les entregas un bebé, esa pareja siempre estará contigo, te llevará en el alma. Al ver su felicidad y contemplar a sus bebés, es cuando reconoces que valió la pena, que dejaste todo para lograr ese sueño y que trascendiste más allá de cualquier cosa que podrías haber hecho o imaginado.