Al igual que Ecuador, Chile es ahora uno de los países de Latinoamérica con jornadas laborales más cortas que los demás, inclusive México.
Lo anterior luego de que, en una jornada histórica, el Congreso de aquel país aprobara este martes un paquete de cambios al Código del Trabajo; entre las nuevas adecuaciones, se aprobó reducir a 40 horas la jornada semanal. Antes eran 45.
También, en esa reforma se pactó reconocer diversas modalidades de flexibilidad para que, previa discusión y común acuerdo, empleador y empleado puedan llegar a un esquema en el que ambos funcionen bien.
Sin embargo, el proceso no es tan simple como ahora sólo aplicar la ley, sino que la misma reforma también contempla un periodo de transición de cinco años para poder ir aplicando las nuevas disposiciones.
Por ejemplo, la reducción de la jornada a 40 horas semanales será paulatina, cada uno de los cinco años de transición se irá bajando una hora de trabajo semanal. Así, en el 2028, por ley, la jornada de trabajo por semana en Chile será de 40 horas.
Lo anterior se pactó para que la iniciativa privada no resintiera tan rápido y tan fuerte el cambio.
Respecto a la innovadora reforma, Jeannette Jara Román, la ministra de Trabajo de aquel país, destacó: “este proyecto contempla un largo anhelo, pues desde 1937 (la OIT) viene promoviendo la reducción gradual de la jornada laboral a 40 horas y en muchos países esto ya existe. Ahora va a ser realidad en Chile porque ha existido la voluntad de que así sea… Qué más gusto que tener tiempo para estar con nuestras hijas e hijos, para tener tiempo para el amor, para la participación deportiva, social y política. Para descansar y para vivir mejor”.
¿Les recortarán su sueldo a las y los chilenos?
Lo ya aprobado por el Congreso chileno, establece y garantiza que las y los trabajadores mantengan intactos sus salarios.
Pero además, existen o existirán casos en los que el trabajo demanda que no se pueda reducir la jornada laboral, para estos la reforma contempla días de descanso extras en el año, en aras de seguir apoyando el descanso y el bienestar de las personas.
La reforma es tan progresista que entre todas sus adecuaciones se prevé un esquema de trabajo “cuatro por tres”. Este consiste en jornadas diarias de diez horas (por cuatro días) y tres de descanso.