“Recuerdo bien lo que me preguntaron cuando yo ya estaba abierta de mi cráneo, hablaban conmigo por medio de una tablet”, esas son declaraciones de Tania Villalpando, quien apenas en agosto del 2023 entró al quirófano a manos del doctor Felipe Nares López debido a un tumor cerebral maligno que ponía en riesgo su vida. La operación fue un éxito. Hoy Tania puede hablar, leer y vivir como cualquier otra persona y todo gracias a una intervención quirúrgica que parece haber sido sacada de un cuento de ciencia ficción: una resección de tumor en el cerebro con paciente despierto.
Tania tiene 43 años y una familia, es técnica radióloga y es una de las pocas personas en Aguascalientes que pueden hacer el procesamiento de imágenes de resonancia magnética que ella hace. Cuando empezó a trabajar en el sector salud jamás se imaginó que en algún momento de su vida un joven y reconocido médico le propondría una operación de cerebro donde ella tendría que estar despierta para removerle un tumor. Muy seguramente, cuando era más pequeña, hablar de algo así era sencillamente una locura. La vida pasó y ahora ella es uno de los testimonios que advierten dos cosas: la experticia médica que ya existe en Aguascalientes en manos del doctor Nares, y los avances tecnológicos en la medicina.
Mientras se le hacía la resección de tumor, Tania tuvo que reconocer objetos, situaciones, colores; “me hacían preguntas: ‘¿qué es esto? Es un gancho, el cielo azul, una vaca’, pero todo sin dolor y eso que yo sabía que estaba en una sala de quirófano”, comparte. Hoy día, cerca de ocho meses después de su operación, la madre y radióloga recuerda sin problema alguno lo que sucedió antes, durante y después de la cirugía. No hay ni hubo en su momento rastro de dolor. Esa es la magia de la medicina. Los magos, el equipo del doctor Nares. Esta es una historia de vida y de ciencia.
Cambiando vidas desde la ciencia
Bien aplicada, la medicina puede cambiar vidas, pero para poder llegar a ese punto es necesario haber pasado por un largo camino de compromiso, resiliencia y preparación, camino que el médico Felipe Nares López ya recorrió. Nares López es uno de los neurocirujanos más reconocidos de Aguascalientes, su trabajo habla por sí mismo. Pero también lo hace su trayectoria, pues es egresado del prestigioso Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN), donde se entrenó y capacitó por años de la mano de neurocirujanos y neuroanestesiólogos experimentados, pero donde además pudo relacionarse con otras áreas especializadas de la salud que hoy día le permiten brindar un servicio de calidad, como lo son: enfermería quirúrgica, neurología, neuropsicología y neurofisiología, todas estas necesarias en algún momento.
La historia de Tania Villalpando y de Felipe Nares es la misma, pero desde otra perspectiva; ella fue la paciente a la que le cambió la vida, él es el especialista que, con su ayuda y disposición, pudo regresarle la esperanza, la oportunidad de abrazar a su familia y retomar su trabajo.
En el 2023 Tania observó una resonancia magnética de su cerebro. Radióloga de profesión, lo supo desde el primer instante: se trataba de un tumor. Su intuición le decía lo que después un especialista le confirmaría: era un tumor maligno. El tiempo corría y con él todas las posibilidades y fue así que conoció al doctor Nares, quien le propuso una solución que le cambiaría la vida para bien. Una solución que ella aceptaría confiando en las habilidades del médico.
Dadas las condiciones de Tania, la opción que más esperanza daba era hacer una resección de un tumor cerebral con paciente despierto, intervención que no cualquiera puede practicar pero que Felipe Nares domina. Es un procedimiento que no solamente requiere de conocimientos amplios, sino también de un equipo altamente preparado, como lo es la labor de un neutoanestesiólogo, quien se encargará de despertar al paciente durante la operación para después volverlo a dormir, todo con la seguridad de que su vida no está en riesgo.
Según el doctor Nares, este tipo de intervenciones son tan específicas que ni siquiera se pueden practicar en todas las personas, se hacen en pacientes seleccionados; “este tipo de cirugías no es para todos los pacientes, requerimos de ciertos criterios y de cierto apoyo del paciente, sin esto, simplemente no se puede llevar a cabo”, advierte el especialista.
Una de las particularidades más difíciles de cumplir en este tipo de cirugías es que, para poderlas llevar a cabo se necesita, invariablemente, la participación de un neuroanestesiólogo, que es un subespecialista en anestesiología preparado específicamente para intervenciones quirúrgicas neurológicas.
“Es, hasta cierto punto, algo ‘muy simple de entender’: este tipo de operaciones consisten en que el paciente entra a sala despierto; se le induce la sedación, la anestesia; se le intuba con una mascarilla laríngea y después posicionamos, preparamos, hacemos todo el set up para que el paciente se pueda intervenir; iniciamos la cirugía y ya que tenemos expuesto el área del cerebro que requerimos, la despertamos. Entonces, es hasta que se tiene todo preparado para poder proceder con la resección, que se puede despertar. Así pasó con Tania”, comparte.
Aunque en la entrevista el doctor Felipe Nares cuenta con tranquilidad y sosiego sobre todo el proceso, la realidad es que este es casi milimétrico y todo debe llevarse a cabo de la mejor manera para el bien del paciente. El tiempo que se tiene para poder hacer todo esto es de aproximadamente dos horas, de otra manera, el paciente se cansaría y en algún punto, por la inmovilidad, podría causar incomodidad.
Tania, por ejemplo, fue elegida para este tipo de intervención porque el tumor que se le detectó estaba en un área “elocuente”, es decir, en una zona del cerebro importante para el control del lenguaje. En otras palabras “el lenguaje de Tania se veía comprometido por el tumor” y es por eso que si la operación se llevaba a cabo bajo los procedimientos “normales” o “tradicionales”, existía un altísimo riesgo de que ella perdiera el habla como una consecuencia de la resección.
Antes, cuando no existían tantos avances tecnológicos, llevar a cabo procedimientos en áreas elocuentes podía significar el riesgo de la pérdida del lenguaje, pero con todo lo que se tiene en la actualidad y con la experiencia y el conocimiento del doctor Felipe Nares, ahora estas intervenciones son posibles.
El fin principal de las resecciones de tumores con paciente despierto es ir haciendo la resección del tumor y, a la par, poner a prueba las capacidades de la persona que está siendo operada. Si al avanzar se están viendo afectadas algunas capacidades, se puede dejar de avanzar en esa dirección para que las personas no se vean afectadas. Ese fue el caso de Tania, cuando entró al quirófano con el equipo del doctor Nares sólo recuerda haber sido anestesiada; después estaba despierta y mientras continuaba la operación, ella tenía que mantener un diálogo con la neuroanestesióloga para ver cómo iba reaccionando. Después volvió a dormir y cuando despertó, el tumor ya no estaba allí.
“Por medio de un sistema que manejamos, al paciente -en este caso a Tania- se le van presentando distintas imágenes, colores y preguntas para que ella y todo esto se hace para que la conversación ya durante la cirugía sea amigable, conversación de la que ella tendrá un recuerdo” explica.
Y continua: “ocurrió en su caso que, mientras estamos haciendo la resección el mismo calor del bipolar y las zonas elocuentes provocaron que ella tuviera un arresto del lenguaje, es decir, que dejara de hablar, que dejara de reconocer, que dejara de poder repetir. Entonces, ese tipo de situaciones nos dictan y nos ayudan a concluir que no podemos avanzar más allá y tenemos que cambiar la estrategia, hacia otro ángulo, hacia otra profundidad, hacia otra zona. Nosotros vamos mapeando y vamos marcando todas estas vías y estas carreteras por donde ya no podemos avanzar más. Al momento de lograr eso y de darle un tiempo, ella recupera el poder nominar, el poder repetir, el poder identificar y después de que logra esto, podemos continuar con la resección guiada y supervisada por ella. Porque ella es realmente quien nos da la pauta”, narra el doctor.
Con este tipo de intervenciones, complementa, se ha logrado que las cirugías neurológicas sean aún más seguras, justo buscando la máxima de seguridad para asegurarle al paciente que sus habilidades o su cuerpo no tendrá una afectación. “Lo que estamos persiguiendo aquí es hacer una resección amplia, importante y segura”, destaca.
Resultados: todo por delante
Tras la cirugía hacer memoria era difícil. Medir el tiempo era difícil. Pero eso es normal dada la complejidad de la operación y justo para eso sirve el tratamiento posterior a la intervención. Tania cuenta que poco a poco fue recuperando las palabras, los nombres y los recuerdos. Con la resección del tumor, todo iba regresando con fluidez. Hoy, a poco más de ocho meses de su operación, la radióloga comparte: “actualmente siento como si no me hubieran operado”.
Tal ha sido su avance que ahora ya es capaz de realizar su labor como radióloga, labor que no cualquier persona puede llevar a cabo; actualmente, regresó a los rayos x, las mastografías y las resonancias magnéticas, y todo gracias a la operación correcta llevada a cabo por el equipo correcto, en el momento indicado. “Recordé todo lo que hacía y lo volví a hacer. No hubo diferencia. Al contrario, ahora soy más sensible, cambié para bien”, concluye. Ella es de las pocas personas en Aguascalientes que trabajan ciertas secuencias de la resonancia magnética, no todos pueden hacer los estudios funcionales que ella sí sabe hacer y ahora, gracias a esto, conserva la capacidad de seguir realizando su labor.
Pero no todo termina en el quirófano, después todavía hay un tratamiento integral que se debe seguir para continuar con las mejoras. Este tratamiento incluye observación oncológica, terapia de lenguaje y terapia física. Todo es a la par y es así como las personas -y Tania- lograrán continuar con la vida que ya conocían antes del padecimiento.
Tania es un gran ejemplo de cómo este es el futuro de la medicina, y el doctor Felipe Nares es el claro ejemplo de que el futuro ya está aquí, el futuro ya es posible: “Tania ha hecho un gran avance, ha mejorado muchísimo. Tania no estaba así en el postoperatorio inmediato, tuvo sus dificultades con la fluidez para poder expresar algunas cuestiones semánticas, pero nunca perdió la buena actitud, nunca perdió las ganas, solamente fue cuestión de tiempo. Está en lucha, eso es lo más importante”, finaliza el neurocirujano.
Equipo Nares
El trabajo y servicio del neurocirujano Nares habla por sí mismo y esa calidad y garantía no podría ser posible sin su equipo personal de trabajo, mismo a que ayuda que el servicio del paciente sea simple y sencillamente de excelencia, no sólo por los resultados, sino también por la experiencia y el acompañamiento que se da desde un principio y hasta el final, incluso ya después de la operación.
El doctor Felipe Nares no está solo, cuenta con Sofía Bermúdez, quien es su asistente administrativa y quien se encarga del primer contacto con las y los pacientes, así como con Ricardo Codina, su asistente médico que se encarga de dar una consulta previa para direccionar correctamente a las personas, es decir, para guiarlas y explicarles si en realidad necesitan una consulta con el neurocirujano, o si más bien requieren de una cita con otro tipo de especialista.
Justo esa es parte de la experiencia y del proceso de atención integral que da el doctor Nares; primero, las personas contactan a Sofía; ella redirecciona a las y los pacientes con Ricardo para que él, como médico, les haga una consulta gratuita y puedan definir si la especialidad que se necesita es neurológica. En caso de que sí, el paciente vuelve a hablar con Sofía y con base en la solicitada agenda del doctor, se busca la mejor fecha de atención.
“Mi función es orientar y dar una atención de calidad a los pacientes. La orientación se hace porque existen muchos pacientes que, ya sea por recomendación o por redes sociales hablan para sacar una cita y a veces no saben si es la especialidad correcta o si requieren un estudio. Entonces, yo me encargo de esa parte, de la preconsulta, ver cuáles son sus síntomas y, con base en eso y siempre supervisado por el doctor Nares, se determina qué pacientes requieren una atención más inmediata o urgente, y qué pacientes pueden esperar un poco”, explica el doctor Ricardo, egresado de medicina de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA).
“Somos un equipo muy proactivo, si no se le ocurre una salida a mí, se le ocurre a Ricardo o se le ocurre al doctor Nares; estamos jóvenes, tenemos ideas nuevas y frescas y, personalmente, me gusta siempre buscar el cómo sí”, agrega Sofía.
Justo esa es la premisa del equipo de Nares, buscar el cómo sí, porque eso es lo que cambia las vidas, el compromiso, la experiencia, la calidad, la calidez y la atención. Tania cambió su vida gracias a que tomó la decisión de dejarla en manos del neurocirujano Nares. Esa es su historia. Muchas más están por escribirse, muchas más pueden escribirse de la mano de este gran equipo, sólo basta tomar la decisión correcta.
Go gray in may
Además de su compromiso con un servicio de excelencia, el equipo del doctor Nares también tiene una sensibilidad moral y social, por eso, tanto Sofía, como Ricardo y el propio Felipe Nares, suman su apoyo a la iniciativa “Go gray in may”, una campaña mundial que en el mes de mayo visibiliza y concientiza sobre los tumores cerebrales.
Como lo advierte su propio nombre, la campaña se representa a través del color gris (gray). Hacer conciencia y visibilizar un problema de salud es importante porque inspira a la gente a reaccionar, a hacer algo, y eso es lo que busca el generoso equipo del doctor Nares, porque es justo a través de esta socialización que se puede empezar a cambiar vidas. Además, la campaña “Go gray in may” busca, a través de diversas asociaciones, juntar recursos para poder financiar la investigación sobre tumores cerebrales. El conocimiento es poder y el conocimiento puede cambiar vidas. Al final de todo, eso es lo que el equipo entero del neurocirujano Felipe Nares busca: una mejor vida para todas las personas que padecen de este tipo de enfermedades o tumores.