La semana pasada uno de los huracanes más devastadores que ha tocado tierra en el sureste de México azotó al estado de Guerrero, México.
Se trata del huracán Otis que, aunque se había previsto que llegaría a las costas del Pacífico, no se esperaba que lo hiciera con tal intensidad.
El huracán Otis dejó un camino de destrucción en su paso por Acapulco y por todas las zonas rurales que rodean esa ciudad, uno de los destinos turísticos más concurridos de México.
Aunque la cifra podría cambiar con el paso del tiempo, se estima que, probablemente, las pérdidas económicas asciendan a 10 mil millones o incluso 15 mil millones de dólares.
Esa aproximación fue estimada por Chuck Watson, modelador de desastres de Enki Research, una consultora que analiza y estudia fenómenos naturales como huracanes, terremotos y condiciones climáticas severas.
Cabe mencionar que si ya de por sí el costo y las afectaciones son número mayores, el desastre también afectó la llegada de turismo, pues justo estaba apunto de empezar la temporada alta.
Además, se calcula que hay entre 40 y 50 mil viajeros afectados que no han podido salir del puerto, de acuerdo con cifras preliminares del Fideicomiso de Promoción Turística del destino.