El lunes 24 de junio se dio la declaración que el fundador de WikiLeaks y catalogado como el “enemigo número uno” de Estados Unidos, Julian Assange es liberado de la prisión de máxima seguridad en Reino Unido donde se encontraba recluido tras llegar a un acuerdo con el gobierno de Estados Unidos que le permitirá evitar la extradición al país y regresar a Australia.
La liberación de Assange pone fin a una larga saga judicial por la filtración de documentos clasificados y acusaciones de espionaje contra Estados Unidos. Todo ha sido posible después de un acuerdo con el Departamento de Justicia de Estados Unidos.
Assange fundó WikiLeaks en 2006, una plataforma que se presenta como un sitio web sin censura para la publicación masiva y el análisis de documentos secretos que no pueden rastrearse hasta el remitente. En los últimos años se han publicado numerosos documentos secretos que exponen actividades ilegales de Gobiernos y empresas.
En abril de 2010 se publicó un video titulado “Asesino colateral”, que muestra imágenes grabadas desde un helicóptero de ataque del Ejército estadounidense durante la guerra de Irak en 2007. En el video se muestra a civiles rodeados, entre ellos 2 periodistas de la agencia de noticias Reuters, mismos que son disparados. Los soldados, al confundir una cámara de los periodistas con un arma, abrieron fuego.
Ese mismo año se publicaron cientos de otros documentos militares secretos de Estados Unidos, relacionados con la guerra de Irak y Afganistán, donde se demostraba “crímenes de guerra”, señaló Assange.
La redención del australiano ha provocado una diversidad de opiniones, dado que mientras algunos respaldan sus acciones, otros cuestionan la legitimidad del acuerdo que facilitó su salida. De ser conocido como un pirata informático, ha evolucionado hacia un defensor contra los poderes establecidos, implicándose en una lucha global por la liberación de expresión junto a organizaciones como Amnistía Internacional, enfocadas en el periodismo y los derechos humanos.
A pesar de haber pasado 14 años bajo custodia en el Reino Unido, incluidos los últimos 5 años en la cárcel de alta seguridad londinense de Belmarsh en Londres, no fue condenado por ningún delito. Las acusaciones en su contra incluían conspiración con Chelsea Manning para llevar a cabo un ciberataque contra computadoras del Pentágono, junto con 17 cargos adicionales por espionaje y revelación de secretos de seguridad nacional. En total, Assange podría haber enfrentado hasta 175 años de prisión según la teoría de la acusación.