Desde el 2010, la gastronomía mexicana fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Con este peculiar nombramiento, se logró que, aún más, la cocina en México sea considerada un elemento de identidad y de reconocimiento nacional por su historia, creatividad, diversidad y trascendencia.
En México existen platillos muy exóticos y elaborados, como lo son el mole, el caldo de espinazo, los chiles en nogada, los huaraches, las guacamayas y muchos otros, todos estos le dan identidad al país y forman parte del día a día de las personas. Por eso la UNESCO reconoció la comida de aquí como patrimonio cultural.
Sin embargo, también existen países y regiones que ya obtuvieron ese reconocimiento, como lo son Francia, la cuenca del mediterráneo (donde está Italia, por ejemplo, el hogar de la pizza) y Japón, que también tiene platillos sumamente exploratorios.