El jueves 15 de abril, el Dr. Alfonso Pérez Romo, célebre personalidad del ámbito educativo y cultural de Aguascalientes, pronunció el discurso de ingreso como académico correspondiente en Aguascalientes de la Academia Mexicana de la Lengua (AML), organismo que se dedica a la difusión, preservación y correcto uso de la lengua española en el contexto de nuestro país, una labor que se realiza en los términos consagrados en el escudo de la Real Academia Español, es decir, como una institución que “limpia, fija y da esplendor” al español, esa maravillosa lengua que hablan más de 567 millones de personas alrededor del mundo, una cifra que comprende a los hablantes con competencias limitadas, a quienes estudian el idioma y a los 472 millones de hablantes que lo tienen como lengua materna.
A causa de la contingencia por la covid-19, la ceremonia se celebró de manera virtual y la bienvenida estuvo a cargo de Don Fernando Serrano Migallón. En su discurso, el Dr. Alfonso Pérez Romo citó al filósofo español José Ortega y Gasset, a propósito de la existencia de ciertas trayectorias que el ser humano se forja —y se forma— en la vida: lo que se quiere ser; la persona con quien se desea pasar el resto de la vida; la profesión que se elige; el proyecto de vida al que se aspira; las metas que se fijan; sin embargo, hay otras trayectorias que no aparecían en el terreno de lo posible y que enfrentan al ser humano con lo nuevo y lo inesperado.
En seguida, el Dr. Pérez Romo compartió las diversas trayectorias que ha ejercido a lo largo de su vida. Primeramente, se refirió a su formación como médico la fortuna de desempeñarse como tal durante muchos años. Posteriormente, compartió otra trayectoria que él no tenía en la mira: ayudarle a su padre en un momento de angustia. Después, aparecería otra más: convertirse en rector de la Universidad Autónoma de Aguascalientes. De ninguna manera, continuó el Dr. Alfonso Pérez Romo, esperaba que estos eventos cambiaran mi vida. Por último, reconoció que esas trayectorias inesperadas, que a veces las personas ven pesadas u onerosas, se vuelven formativas siempre y cuando sepamos cómo enfrentarlas.
De igual manera, el Dr. Alfonso Pérez Romo abordó en su discurso los enormes retos a los que se enfrentan hoy en día las universidades del planeta a causa de la pandemia. En estas instituciones educativas, afirmó Pérez Romo, se forman los futuros líderes de las naciones, de ahí la preponderancia de promover la solidaridad humana y la maduración de las conciencias, ambas dimensiones concebidas como metas primordiales de la educación.
Asimismo, manifestó que la enseñanza va más allá de la repetición de conocimientos, pues ahora las universidades tienen la tarea de entregar profesionistas preparados a la sociedad, quienes deberán asumir con decisión y sin miedo alguno la inminente necesidad de adaptarse, de manejar y dominar las nuevas tecnologías, las ciencias duras; con apertura permanente a la creatividad y mostrarse ávidos de conocimientos para aprender de manera constante y, así, progresar en este mundo de constantes cambios o, de lo contrario, desaparecer.
El Dr. Alfonso Pérez Romo nació en 1924 en Parral, Chihuahua, y es médico de profesión. A lo largo de su trayectoria, se ha distinguido por su inexorable perfil humanista, por su compromiso social, la firme creencia que entrega a las nuevas generaciones y la confianza que deposita en ellas. Esta voluntad lo llevaría a liderar el equipo que tuvo en sus manos la creación de la carrera de medicina en la UAA. De igual modo, ha formado parte y colaborado con organismos como el Instituto Cultural de Aguascalientes o el Seminario de Cultura Mexicana, con el firme propósito de contribuir al crecimiento y al desarrollo de la entidad.
Fue el pasado 25 de junio de 2020 cuando la Academia Mexicana de la Lengua eligió como miembro correspondiente en Aguascalientes al Dr. Alfonso Pérez Romo de manera unánime, quien fuera propuesto como miembro correspondiente por los académicos Don Mauricio Beuchot, Don Eduardo Matos Moctezuma, Don Javier Garciadiego y Doña Silvia Molina.
