Por Rodrigo Díaz de León Martí
En un esfuerzo colaborativo por frenar la propagación del SARS-CoV-2, 130 investigadores de ocho países europeos han trabajado en un código de programación para posteriormente liberarlo y que, así, se puedan desarrollar apps que permitan el rastreo del coronavirus sin violar las regulaciones de privacidad de la Unión Europea.
La iniciativa de Rastreo de Proximidad Preservadora de Privacidad Pan-Europea – PEPP-PT, por sus siglas en inglés – anunció la liberación del código que analizará pings de Bluetooth para registrar con quiénes ha estado en contacto la gente.
El rastreo de contacto es una práctica común para controlar el esparcimiento de enfermedades; de hecho, la técnica ya se ha usado para combatir brotes de ébola, aunque la información ha sido recabada mediante entrevistas. La propuesta es que la app pueda aprovechar la tecnología actual para decir al usuario si ha entrado en contacto con algún infectado por el SARS-CoV-2 y, en caso afirmativo, que se aísle y no actúe como vector.
La PEPP-PT afirma que no habrá problemas de privacidad porque el método está descentralizado y se usarán apodos que cambiarán frecuentemente para notificar cuando se ha estado en contacto con un enfermo.
“La propuesta es que la app pueda aprovechar la tecnología actual para decir al usuario si ha entrado en contacto con algún infectado por el SARS-CoV-2.”
Blackstone Staff